jueves, 6 de octubre de 2011

La indecisión.

Nunca me había visto en esta situación. Nunca. Yo había conocido a la mejor persona, a la única que me había llegado a entender de verdad, que me sacaba una sonrisa cada vez que pensaba, que hablaba con él... y yo no me había sentido mejor que cuando lo vi y compartí con él la mayor aventura. No podía haber nada mejor que ÉL; y lo último que quería era perderlo.

A mi me duele ver cada día que me despierto la distancia, siento una agonía en el pecho que no me deja respirar... y mi mente, aunque inútilmente, intenta pensar en otra cosa y sonreírle al nuevo día. Mi mente es demasiado débil... pero me disfracé de chica valiente y fuerte, que podía hacer y ser mucho más de lo que era. Y ahora he aterrizado de repente... Estoy a demasiados kilómetros de distancia, no puedo compartir toda mi vida como me gustaría, y cuando pienso en lo que estarás haciendo, con quién estarás y dónde... vuelve a oprimirme el pecho una fuerza sobrehumana. Me dan ganas de llorar, pero siempre he conseguido sacar una razón para sonreír. Intento no pensarlo: " sólo estoy yo, no quiere a ninguna otra", pero no me está funcionando. 

Están ELLAS, mis otras conciencias. Me conocen casi mejor que yo a mí misma, y siempre que les he pedido consejo han acertado con creces. Me repiten una y otra vez que DISFRUTE MI ADOLESCENCIA , y que... ¿quién sabe? Quizás esta nueva persona me enseñe cosas nuevas, aprenda, y haya merecido la pena conocerle. 

Mientras él comparte su vida, yo también. Pero... NUNCA ME CANSARÉ DE DECIRLE, QUE DE VERDAD, TENGO UNA HUELLA MUY GRANDE EN EL CORAZÓN. Te quiero.









No hay comentarios:

Publicar un comentario