domingo, 19 de mayo de 2019

Share your dreams and share your bed


Hola.
Si estás leyendo esto,es probable que sea tu última noche a unos insignificantes 400km de mí. Por decir una cifra. Pero en unas horas seguro que la distancia se multiplica por 10. No sé si estarás nervioso, ansioso, contento o triste. O quizás sientas una mezcla de todo eso, porque las cosas nuevas es lo que tienen.

Mis últimas apariciones en este sitio hablaban del día de hoy. De lo que quería decirte antes de que cogieras ese avión. Un simple mensaje informativo que puede que ya sepas, porque he intentado decírtelo sin hablar cada vez que nos miramos. 

Hoy es el inicio de una aventura y un cambio de 180° en tu rutina y en tu currículum. Y los cambios siempre han existido para la gente valiente, inconformista, soñadora. Las personas que más admiro nunca temen a lo que venga, y por supuesto, estás entre ellas.

Tengo que confesarte que he llorado. Un poco solo. Recibir la noticia de que iba a verte menos en muchos meses me pilló por sorpesa, pero hoy estoy inmensamente feliz, feliz por ti. Voy a echarte mucho de menos, pero resto días para reencontrarme contigo muy lejos de esta ciudad.

Voy a estar aquí, como siempre, para lo bueno y también para los días malos. Quiero apoyarte, recordarte lo grande que eres, y simplemente estar a tu lado durante y después. Parece algo tan sencillo de decir.. y lo cierto es que tengo un nudo en lq garganta mientras lo pienso y lo escribo.

Gracias por todo lo que hemos compartido este tiempo. Tengo un millón de hojas en blanco para seguir escribiendo y describiéndote.


Eres luz, inspiración, ganas. Me has desarmado por completo de mi estúpida coraza que tanto me pesaba. Un eterno gracias. Te deseo toda la suerte del mundo para lo que viene, aunque sé que la fortuna te va a sonreír, porque tienes un futuro brillante...

Me gustaría que la primera frase en inglés que recordaras fuera esta: "when someone means so much, distance means nothing ".


Y es que no hay verdad más verdadera. El tiempo, la distancia... nada importa realmente cuando tienes un motivo.



Feliz viaje mi lobito.





martes, 14 de mayo de 2019

C'est fini.


Y llegó el día. 
Ese en el que todos los cafés del mundo iban a ser amargos por mucho azúcar que le echara. Ese día lleno de miradas que dicen adiós. Despedidas a ciudades enteras, a nuestros bares, a lugares que no van a ser lo mismo si no voy contigo. 

He tenido la fuerza suficiente para no hundirme teniéndote a mi lado. He querido acompañarte en todo lo que he podido siendo un apoyo y no un problema. No sé cómo se puede demostrar felicidad llorando. Es una antítesis que todavía no he llegado a comprender. 

Me inspiraste desde que empezamos a vivir aventuras y a compartir kilometraje. Nunca has dejado de mirarme con esa atención que sólo saben darme tus ojos grandes. Eres alguien que se forjó a sí mismo desde sus inicios y cada vez que te veo más me enorgullece ser testigo cercano de lo que estás construyendo. Entiende que hoy me sienta un poco egoísta: me has dado tanto bueno en tan poco tiempo que no quiero que se acabe. Pero es un hasta pronto, lo sé. Ojalá el mundo supiera de ti, tengo tanto todavía que aprender a tu lado...

No sé expresar con palabras todo lo que ha recorrido mi mente este tiempo, pero espero haber podido demostrarlo. Al igual que tú, aquel que decía que no tenía "detalles" pero que se ha recorrido sin necesidad aparente kilómetros de más para compartir horas conmigo. Y sólo conmigo.  Y eso me hace ser la persona más afortunada. 

Gracias infinitas por elegirme, por dejarme estar y ser. Gracias por ser calma cuando me atacan todos mis demonios. Gracias por querer. Porque las excusas no existen cuando hay voluntad. Por mil millones más de planes "precipitados". Gracias de corazón. 

jueves, 9 de mayo de 2019

Limerencia


       Limerencia: "estado mental involuntario, propio de la atracción romántica por parte de una persona hacia otra".

 Qué bonita esa sensación. Yo siempre creí que ciertas cosas no tenían nombre propio, que eran sentimientos anónimos. Pero no; he caído en la cuenta de que aunque yo no sepa expresarlo con palabras, otros sí lo han hecho. 

Te juro que lo he intentado, una y mil veces. Mantener mis ojos firmes en tu mirada y decirte simplemente que voy a estar aquí siempre. Que lo difícil es encontrar una persona por la que valga la pena sentir añoranza, y tú, más que la pena, vales la alegría. Me he pasado los últimos tres días mirándote con ganas de llorar. Despertarme a tu lado es algo a lo que podría llegar a acostumbrarme... e incluso necesitar. Más que nada lo último. 
Contengo lo que siento porque quiero que cuando te alejes de mi lado tengas el recuerdo de una sonrisa que quiere que te sientas fuerte, capaz de todo, y que si un día la distancia te pesa, que sepas que tendrás siempre a alguien con quien hablar.

 Sé que va a ser muy duro no hacer las maletas para mudarme en mi misma ciudad. Y mirar el calendario sabiendo que en cuestión de un par de fines de semana te tendré dos días para mi. Esas manos recorriendo mi pelo. Esas ganas de dormir feliz hasta que el mundo se pare. Recorrer todos los restaurantes de esta ciudad. Ver la tele sin mirarla.  Crear un microclima árido propio del desierto del Sáhara en nuestra habitación.  Cocinar en pijama. Desconectar del mundo de los demás para vivir en aquel tan nuestro. 

Eres irrepetible, inefable. Aunque no sople más velas por mi cumpleaños.  Para qué soplarlas si tengo a mi deseo delante. Te admiro, me encantas, y adoro la sensación de sentirme comprendida sin tener que hablar. 

Tenemos muchas más botellas de vino que compartir.  Muchos más arroces que degustar, y créeme, que estoy deseando ver y celebrar lo grandes que tienes las alas para volar, porque yo, dondequiera que sea, voy a estar.