viernes, 15 de junio de 2018

Te explicaré por qué.

Ocurre a veces, que cuanto más quieres contar, menos palabras parece que existen en tu diccionario. Los folios se convierten en desiertos y el blanco inunda el pensamiento y el alma.

En verdad tu pregunta tiene una difícil contestación, puesto que a mí misma me resulta una tarea de exhaustiva búsqueda dentro de mis pensamientos. En ocasiones, cuando trato de dibujarte en mi imaginación es como si no existieras realmente, como si hubiera sido yo tu creadora y la única testigo de un ser como tú. 

Eres un mapa lleno de tesoros que nadie ha buscado de verdad, buscaban oro cuando eres un diamante. A veces el éxito es la constancia en sí misma, y de eso trata mi ruta en tu mundo de adivinanzas. Me castigaste sin brújula, y soy náufrago en uno de tus mares, pero como buen gato seguiré insistiendo hasta que la curiosidad me mate.

Déjame decirte que ninguno  en esta vida sabemos qué es exactamente lo que queremos, aunque yo si sé lo que no quiero. Prefiero tener que arrepentirme de lo que he hecho a vivir con la duda. Eres un mundo de nuevas aventuras, eres fuente de teorías, historias y conocimiento. Eres del material más resistente, pero encierras un corazón noble, sensible y a la vez fuerte. El querer es admiración y eso contigo es algo que no se agota jamás. Sé que soy otro número aleatorio en tu lista de posibles, pero dime si te luchan y te ganan con algo más que pasión terrenal, porque yo desde aquí te digo que estoy preparada para la batalla.

martes, 5 de junio de 2018

Esculpiéndote.

Te he encontrado cada tarde sin buscarte. En cada sombra, en cada espacio; todo el tiempo.

Te he visto en todo lo que hago, cuando duermo, cuando salgo, cuando hablo. Te he pensado tanto, que en mí ya eres. En mí estás. Juntos somos.

Soy capaz de soñarte, pero quiero también esculpirte. Dibujarte a color y repasar tus formas, una y otra vez, para recordarte y que seas tú mi única obra. Mi pieza exclusiva de coleccionista.

Te he imaginado, buscado y ansiado. Conmigo,de cerca, los dos desnudos de alma. Que seas tú quien desvista tantas emociones enlatadas y enterradas. Que me mires y derrumbes todos mis muros, que me hagas ser libre de mis propias ataduras.

Ya no puedo desear algo distinto. Necesito borrar esta línea imaginaria y seguir volando por la realidad. Ya lo sé, y sería de necios negarlo... Sé  que puedo vivir sin ti, claro que puedo. Pero no quiero.

viernes, 1 de junio de 2018

Lo sabía.

Lo sabía. Claro que lo sabía. ¿Cómo no iba a darse cuenta?
Él era quien movía mis hilos, quien habitaba mi cabeza. ¿Cómo se puede  ocultar ese sentimiento?
Su mirada noble y sus pasos silenciosos siempre hacían ruido en mi memoria. Pero ¿por qué? ¿Qué tenía dentro de sí para dar luz sin quererlo? 
Oírte, aprenderte, saberte. Lo quería todo contigo. Un minuto de debate, una reseña de un libro, un tráiler de película. Tenías tanto en ti que me parecían injustos los sesenta segundos de cada minuto. 
Y es que me supo a poco. Tenía una ínfima parte de ese ser especial que te guardabas dentro aquí, en mis manos, pero quería más. No quería parpadear, no podía perderme la apertura de tu caja de sorpresas. 

Con pies de acero, sigo aquí averiguando tus contraseñas. Tus enigmas. Tú, todo una incógnita. Reglas de tres, de cinco, de veintinueve. He perdido la cuenta. Pero no la esperanza, ni las ganas, ni la curiosidad que me mueve por dentro cuando te veo disfrazado de un chico normal, que nunca quiso ser más.  Pero eres. Eres tanto que has hecho de mí un cubo de Rubic desordenado. 

Siempre fuiste quien despertaba mi física y mi química. Pero ahora te has multiplicado y es mi mente quien se ha dividido. Ya no te puedo evitar, ya no me puedo esconder. ¿Cómo escapar de la atracción cuando te persigue incluso con los ojos cerrados?