domingo, 29 de enero de 2012

Ya no..

Y ahora dime tú quién se queda conmigo. Quién  ocupa el lugar que has dejado. Quién vive en mi mente cuando quiero desconectar y cuando no quiero también, pues ibas y venías cuando querías. Dime, cuéntame cómo elijo a otra persona para que me llene como lo hacías tú, si ahora te tengo que olvidar...


No tenía tu atención, ni tus llamadas diarias, ni te veía en la acera de enfrente. Era algo. Te veía cuando salía, cuando me acercaba a tu pueblo, siempre con una esperanza de verte 
salir del portal, ir al bar, estar en la calle con tus amigos... Aunque no siempre tuviera suerte. No habíamos salido a una cafetería a charlar, ni me habías defendido delante de nadie, ni siquiera le hablabas de mí a tu mejor amigo. Era una relación rara, pero especial. Yo sabía lo que sentía y no tenía dudas. 


Nunca he sabido elegir, quizás ese sea mi problema. No necesito a un intelectual, ni a alguien con dinero, ni que vista de marcas, ni que realice ningún deporte en concreto. Te necesito a ti, pero no puedo cambiar la filosofía de una persona ni los sentimientos hacia mí. Es antinatural, y no quiero interferir en el orden natural de las cosas. Quizás no estemos hechos para estar juntos; ni siquiera para ser amigos. Puede que no tengamos nada en común, o puede que sea ese el motivo que hace que hayamos estrechado ciertos lazos.  Te quiero, y a día de hoy no puedo cambiarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario