¿Que por qué ÉL? No tengo
suficientes por qués en el mundo entero para acabar de dar motivos o
explicaciones de mi 'decisión'. Si lo vi, y mi mente voló en décimas de segundo
ella sola a quién sabe dónde, solo al observarle de lejos cada uno de sus movimientos...
Todo aquello fue por algo.
Cuando eres pequeño, ves
como quienes se aman dejan en casa aquello que más quieren durante el día, y al
acabar la jornada regresan para reencontrarse con ellos, con sus vidas
propiamente dicha. Aquel septiembre yo tenía a 'alguien' en casa, que pretendía
que me desintegrara por dentro, que no fuera yo, que fuera un perro faldero. Yo
sabía que aquello tenía que cambiar, mi vida no tenía sentido, y sabía que el
camino estaba en el exterior...
Y bendito exterior, si al
asomar un poco la nariz vi aparecer las dos esferas cristalinas más azules que
jamás había visto, y me atraparon hasta hoy. Y eternamente. Tu mirada incita al
pecado, a cometer locuras, a las aventuras...
Y cómo no me voy a
derretir si mi gran pasión es 'besayunarte' cada mañana, cerrar los ojos tras
un 'buenísimos días' e inhalar tu sensual perfume. Abrirlos de nuevo para
admirarte y percatarme de que eres real. Bajar la mirada a tus tiernos labios.
Desear que corrompan mi cuerpo, que me cubran entera. Perder el control de mis
manos e incluso de mi respiración, que me acelera el corazón, y hace que el día
más frío se convierta en una ola de calor. Y se me encienden las mejillas, y en
nuestro metro cuadrado sumamos dos temperaturas incandescentes. Vaho, sudor,...
donde había dos ahora solo hay uno. Y es ahí cuando subo, asciendo, contigo, a
lugares in imaginados, donde nadie jamás me había llevado. Y de repente
sentir tus manos con agua helada resbalando por mi cuello, y devolverte el
gesto, y volverme loca.
Y así los días acabarían
siendo noches, y las noches nuevos amaneceres. Una vida contigo. Una larga
vida con sus capítulos, sus párrafos, sus puntos y sus tildes. Olvidémonos de
borradores y que tus manos la escriban conmigo. No te imaginas qué placer y
honor el haberte conocido.
Y te diré por qué: porque
mi vida empieza a cobrar sentido, porque dentro de un sobre sin remitente
encontré una carta de esperanza, con sentimiento y la pasión hecha hombre. Ese
sobre era para mí, y yo no lo sabía. Hoy me han dicho que ya no 'van a luchar
por mí, que diga lo que diga se ve que soy feliz y eso no se puede maquillar'.
Y tiene razón... No quiero que luchen por mí, yo ya tengo mi soldado y sus
múltiples guerras de besos, las cuales pierdo, pues nunca sé dar un último beso;
no necesito que nadie me espere, ni que sufra... Lo siento. He encontrado mi
talismán, mi compañero, mi código secreto... Y tan cierta es la felicidad que
siento que no puedo fingir ningún otro sentimiento, porque la felicidad me ha
atrapado. GRACIAS.
PD: Este es mi sobre, sin nombre pero con remitente MUY directo. Mi vida entera eres tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario