viernes, 27 de julio de 2012

Las locuras del amor


 Mirar desde lejos cómo pasa lo mejor de su vida. Tuviste una  etapa en la que odiabas ver el reflejo que te regalaba cada mañana tu espejo, culpabas por ello que las demás cosas que realmente amabas no funcionaran como más desearías. Ahora lo pasado es imposible de borrar, pero fíjate la gran cantidad de cosas que todavía puedes retomar.
Alguien muy inteligente supo decirte que las obsesiones no son buenas, te hacían sentir bien diciéndote que no tenías por qué llevar todo al extremo, pues siempre se empieza por ahí y después es imposible de parar. No sé si esa sería la verdadera razón por la que hoy tu figura esbelta que lucías antes, se me sumida en una cara triste, apagada y en un cuerpo sin gracia. La solución no era dejar de comer, ni mucho menos intentar parecer aquella sombra que parecía más bien el fantasma de la peor de las pesadillas.


Sé que diste todo lo que jamás daría nadie por él, que no sólo entregaste el corazón a un destinatario casi anónimo, sino que diste con él el orgullo, el poco honor que tenías. ¿Y ahora qué? Sé que no ves un mañana sin su mirada cristalina y profunda, que no imaginas otros labios que no sean los suyos… Pero las personas que te quieren de verdad sabían desde que nació esta historia que al primer gran error había que ponerle fin, aunque no fuiste capaz de  verlo. Ni siquiera hoy, después de tanto tiempo con esta fantasía que sólo existía en tu pequeño mundo justo, y no el real.


Cuéntame qué harás ahora. ¿Sabes? Ahora sus manos están recorriendo un cuerpo que  no es el tuyo. Creías que sí, sería capaz de mirar, observar e incluso suspirar por los bronceados cuerpitos de las chicas de revista, de las que se pasan toda la mañana y tarde en la playa, pero lo que jamás pensaste era en lo rápido que olvidaría tu carita de enamorada que le regalas cuando lo ves, y se iría con la primera que pasara.
Te diré una cosa: “tanto para tan poco”. El primer día fue una continua angustia, y aún no sabrías qué te depararía el resto de la semana. Sé que necesitarías conocer más detalles de lo que está haciendo y pensando en ese momento, pero piensa que él está disfrutando, y aunque no piense en ti, podrás sonreír si te das cuenta de que se acuesta cada noche con una leve sonrisa dibujada en la cara; porque ahora sabe que es joven, atractivo y que tiene todavía que demostrar mucho al mundo.


¿Qué tal si tú también sales a la calle con tu mejor vestido y pruebas a ser feliz y contagiar la risa a aquellas personas que en verdad merecen verte siendo feliz?




- Verás… Es que yo…
+     Es que tú eres especial de todas las maneras posibles. Si el amor es duro contigo te recompensará más tarde.
- Espero que tengas razón. Confío en que sea él quien un día me mire con la mirada más tierna y me suplique desde el corazón que me quede junto a él un rato más. El día en que se dé cuenta de que me necesita para respirar.





miércoles, 25 de julio de 2012

Vueltas, vueltas y más vueltas

Te pregunté si temías algo, y dijiste que no, pero pienso que todos y cada uno de nosotros tenemos miedo de que ocurran ciertas cosas, de perder aquello que tenemos y de lo que no podemos prescindir. Yo temo muchas cosas, pero sobre todo una me está torturando incluso antes de que ocurra. Tu mayor temor es amar, saber que cuando se empieza nadie es capaz de pararlo, darse cuenta de que vives por una persona, tu único sustento es la felicidad del "otro" y respirar tranquilo, porque sabes que nadie puede parar la fuerza del ciclón más potente: el maldito amor. Miedo a entregarse. Los dos somos jóvenes, pero quizás amar no signifique "no disfrutar" sino empezar a vivir de verdad.




"Tengo un largo invierno para enamorarte". Ese es mi único consuelo, porque sinceramente, si algún día tengo que marcharme y dejar todo esto atrás será lo más duro que he hecho en mi vida. Sé que me olvidarías, que te enamorarías de una chica espectacular, no volvería a tenerte, ni a tocarte... Me atormenta la simple idea, y no estoy dispuesta a ello. Pero... ¿ y si mi vida continuara caminando al lado de la tuya?




¿Sebes? Hay una sensación de la que habla el mundo entero: las canciones, las películas, los padres, los enamorados... Se llama "para el resto de mi vida". Es aquella que dicen que se siente cuando ves a una persona, a ESA persona, que hace que concentres todos tus sentidos en cada uno de sus movimientos, que tiene la capacidad de hacer que corran los minutos como segundos, y también esa que cuando sabes que quieres compartir todo con ella, deseas que el resto de tu vida empiece lo antes posible.


Me llamas loca por el simple hecho de haberte dicho lo que siento, y creo que empiezas a tener razón, estoy exageradamente loca por que me lleves un día a la playa, despertarme contigo abrazada, recorrer cada rincón de tu cuerpo con mis besos, susurrarte que eres todo lo que quiero, lo que más deseo. Eres mi único vicio: tus manos, tu cuello, tus labios... Quiero un mapa de tu espalda, contar tus lunares, dibujarte un corazón en ella mientras duermes, y guardar en mi mente cada segundo que compartimos.






Dicen que el primer amor nunca se olvida, pervive eternamente. Ojalá no existieran segundos, ni terceros, ni cuartos... Quizás esto sea cerrarle demasiado pronto las puertas al amor, pero ¿ quién necesita más cuando se tiene al lado todo lo que una había soñado?




Esto no es más que el principio, y no dejaré de intentarlo, porque ya sabes que "jamás algo será sencillo si realmente vale la pena".
















Felices vacaciones pequeño.

jueves, 19 de julio de 2012

Hoy es el día

Me siento estúpida. Estoy segura de que te sientes como si estuvieras leyendo el diario de una adolescente que se enamora y desenamora mil veces al año, al mes... Pero por muy raro que parezca, no es mi caso. Espero que me creas, porque tú eres mi única y última alternativa. Estoy desesperada, y pensé que tú serías la persona que necesito para que me dijera de una vez qué puedo hacer: luchar o desistir.

Le he dado todo, y le daría aún más. Le he abierto mi corazón, y en 14 cartas le he intentado demostrar que todo lo que le he dicho es cierto. No pasa un día sin que piense en él... ¿he dicho un día? Perdón, quise decir un segundo, un maldito segundo. Pero sé sincero: ¿ no las leerías por simple curiosidad? Me gustaría saber si en cuatro días le ha dado tiempo a pasarlas por alto, a pasar delante de ellas sin sentarse siquiera a mirarlas, a hojearlas...

Creía que podía seguir luchando por esto, por que algún día se despertara y fuera él quien descontara horas para venir a verme, que me pidiera el último beso, que me abrazara sin decirme nada... Esos pequeños detalles de los que todos hablamos y decimos a los demás que los disfruten, pero cuando se nos priva a nosotros de ellos ya no sabemos qué aconsejar.


Por favor Diego, necesito tu ayuda. Creo que es mi último halo de desesperación, mi súplica. ¿Cómo puedes hacer que alguien te quiera? ¿ Por qué no funciona conmigo? ¿Acaso es por mi? ¡Estaría dispuesta a cambiar! 


Y que no se te olvide decirle que es lo que más quiero.

                                                                           Laura