domingo, 29 de enero de 2012

Ya no..

Y ahora dime tú quién se queda conmigo. Quién  ocupa el lugar que has dejado. Quién vive en mi mente cuando quiero desconectar y cuando no quiero también, pues ibas y venías cuando querías. Dime, cuéntame cómo elijo a otra persona para que me llene como lo hacías tú, si ahora te tengo que olvidar...


No tenía tu atención, ni tus llamadas diarias, ni te veía en la acera de enfrente. Era algo. Te veía cuando salía, cuando me acercaba a tu pueblo, siempre con una esperanza de verte 
salir del portal, ir al bar, estar en la calle con tus amigos... Aunque no siempre tuviera suerte. No habíamos salido a una cafetería a charlar, ni me habías defendido delante de nadie, ni siquiera le hablabas de mí a tu mejor amigo. Era una relación rara, pero especial. Yo sabía lo que sentía y no tenía dudas. 


Nunca he sabido elegir, quizás ese sea mi problema. No necesito a un intelectual, ni a alguien con dinero, ni que vista de marcas, ni que realice ningún deporte en concreto. Te necesito a ti, pero no puedo cambiar la filosofía de una persona ni los sentimientos hacia mí. Es antinatural, y no quiero interferir en el orden natural de las cosas. Quizás no estemos hechos para estar juntos; ni siquiera para ser amigos. Puede que no tengamos nada en común, o puede que sea ese el motivo que hace que hayamos estrechado ciertos lazos.  Te quiero, y a día de hoy no puedo cambiarlo.

sábado, 28 de enero de 2012

El arte de hacer lo que no nos conviene.

Y tú, ¿no eres capaz de darte cuenta que no haces lo correcto? ¿que todos y cada uno de los que tienes alrededor ya te lo han dicho? ¿Por qué te empeñas en ignorar al mundo? Has salido afuera, en el ojo del huracán, en el pleno corazón de la tormenta... Pero no llevabas chubasquero, ni botas de agua; ni tan siquiera un paraguas. Te has empapado como lo haría una simple hoja de papel, y creías que contigo sería diferente, que no correrías esa misma suerte. Estúpida.


Había hecho de tripas corazón, había intentado hacerle frente a los problemas, a lo ocurrido durante aquel mes maravilloso en el que se prometió no ilusionarse... y en el que volvió a tropezar. Se lo juró miles de veces la última vez. No volvería a pasar por aquello jamás, y ahora menos. Ahora era distinto, extraño. ÉL le había llegado, lo sentía cada vez que lo veía o creía verlo, pero ella solo había sido  una triste sombra más en su historia.


Decidió olvidarle, pero al tiempo volvían a encontrarse y era imposible. Ella se veía sonreír como una tonta, le daba gracias por cada sonrisa que él le dedicaba, se abrazaba a su pecho y le escribía con una fulminante mirada un "bésame". Hasta que lo conseguía. Algo debía haber para que él, aunque intentara resistirse, acabara regalándole uno de esos besos que a ella tanto le gustaban; era suave, muy suave, y cuando sus labios se separaban le mordía ligeramente, le miraba con sus ojos verdes y le decía: " te llamaré". Y ahí volvía a estar ella, en el punto inicial. No sabía nada de él, era en su mente donde vivía mayormente, y ella dedicaba su tiempo a mirar hacia su móvil, a ver si el destino quería dejar de regalarle malas tempestades, despedidas y caramelos que más tarde le arrebatarían. Sólo deseaba ver su nombre parpadeando,una llamada esperando respuesta. Respuesta que ella le daría de buen grado, una vez más... aunque tuviera que volver a ser ella la que pusiera un poco más. Simplemente le quería, aunque ni ella misma lo entendiera.



miércoles, 4 de enero de 2012

Con falda y de vuelta a las once.

Se pintaban los labios de colores rosados y rojizos, se cardaban el pelo, se colocaban alguna cinta o lazo, con chaquetas de punto, camisa, falda y zapatitos. Aún existían los caballeros, y el botellón quedaba muy lejos. Las chicas salían a horas "decentes" con consentimiento del padre, de forma recatada y en grandes pandillas de chicas de barrio. Iban a una cafetería a tomarse unos batidos, o simplemente salían a la calle para ponerse al día y chismorrear sobre los chicos. Ellos, al más puro estilo Grease, con chupa de cuero y camiseta blanca, y se peinaban aquel tupé tan engominado. Pasaban delante de ellas moviéndose de forma algo descordinada y chuleando; cosa que hacía reír y sonrojarse  a las chiquillas.


Digamos que los acercamientos eran formales, y era todo exactamente como lo pintan en las películas. Chico pide salir a chica, chico invita a cenar a chica, chico lleva en coche a casa a la chica.... y chico besa a chica. Se gustan, se quieren... y se dicen la palabra mágica; "te quiero". Y cada día es igual, con la misma pasión, pero de formas diferentes.Todo es así de fácil, de sencillo. Dos piezas de puzzle que encajan perfectamente, que están hechas para entrelazarse, la una con la otra.

Ahora las cosas están de capa caída. "Te quiero" no significa nada, ya no hay puzzles, ni parejas perfectas. Predominan las mentiras, los clichés, las ilusiones frustradas, las lloreras nocturnas, los enamoramientos sin correspondencia, los rollos de una noche. Ahora no te llevan en coche; o vas andando o duermes fuera. Tampoco te invitan a cenar; ya te puedes hacer un bocadillo en casa. Hoy quedamos, mañana no te conozco.
En pocas palabras: ya no existe el amor.

martes, 3 de enero de 2012

Cómo me gusta...

Cómo me gusta cuando te enfadas cuando te digo que no te quiero, aunque ya sabes que eso es mentira, es una broma.
Cómo me gusta, cuando te vistes aparentando que estás sola, aunque ya sabes que estoy mirando como una momia. 



Es que estoy loco por ti y a tu lado yo soy feliz, no me doy cuenta de si es noche o día, solo que el tiempo pasa muy deprisa, junto a ti.

Cómo me gusta que tengas celos cuando me río con tus amigas,  aunque ya sabes por experiencia, que no me importan.

Cómo me gusta que me regales de vez en cuando alguna cosa, aunque yo sé que a ti el dinero nunca te sobra.

Cómo me gusta cuando tu genio estalla en el aire si no te ayudo, aunque ya sabes que hago todo lo que yo puedo.

Cómo me gusta cuando te inquietas porque mi madre nos investiga, aunque ya sabes que ella no roba nuestros sueños.